Este
pueblo, muy cerca de Herrera de Pisuerga (a unos tres kilómetros),
al noroeste,
y en la carretera comarcal 627 que siguiendo la cuenca del Burejo,
llega a Cervera, atravesando la Ojeda, tiene iglesia dedicada a la
Asunción que conserva mucho de su planta primitiva románica, aunque
se abrió el muro del norte para añadir una nueva nave, en tiempos
algo más avanzados. De la fachada sur ha desaparecido la portada
románica pero queda una bella ventana
de arco de medio punto de boceles y medias cañas que apoyan
sobre cimacio de billetes y éste sobre un capitel a cada lado, con
un hombrecillo sentado entre leones y delfines que parecen de una
iconología bastante tardía quizás, como en Puebla de San Vicente
los monos acurrucados, fechables e n los primeros años del siglo
XII, de acuerdo con una influencia de la imaginería de Frómista. El
ábside tiene un
refuerzo de dos columnas que le dividen en tres calles y suben hasta
la cornisa sujetando ésta por medio de canecillos.
Gran
parte de este ábside se halla oculto por construcciones posteriores.
Se conservan
gran número de canecillos: antropomorfos, cabezas de bichos, rollos
verticales con rostros o manos en el extremo, saltimbanquis, etc.
En
el interior, el arco
triunfal, sobre altas columnas, se dobla un poco en herradura. Los
capiteles son muy toscos y también de aspecto antiguo: Daniel
entre los leones, y gran monstruo con las fauces abiertas y dos
piñas. En la nave añadida al Poniente, puerta cegada con
arquivoltas parecidas a la ventana y posiblemente capiteles ocultos.
Quizás fuese la puerta primitiva del sur trasladada al añadido
posterior.
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