lunes, 25 de octubre de 2010

Ermitas del Oteruelo de Mudá

La ermita del Oteruelo -también conocida como del Otero- se encuentra situada sobre un pequeño altozano desde el que se domina la pequeña población de Muda, a unos 200 m de la carretera, muy cerca de las vías del desmantelado ferrocarril.


Situada como hito aislado en el cerro, su caja de muros se nos presenta como un testimonio constructivo muy humilde y de escasa entidad arquitectónica. Al igual que en la iglesia parroquial de esta misma población, se realizó a base de sillería (cabecera y ángulos de la nave) y mampostería (nave), con un zócalo pétreo que la rodea en todo su perímetro. Presenta una planta sumamente sencilla de única nave y ábside de testero recto. La nave se cubre con cubierta plana de madera que descansa directamente sobre los muros, mientras que la cabecera lo hace con bóveda de cañón apuntado que arranca de una imposta lisa. Comunicando ambos espacios se abre un arco triunfal, también apuntado y doblado, que apoya sobre dos columnas de sección heptagonal. Este tipo de fustes son inhabituales en las construcciones románicas, aunque unas basas muy similares a éstas se observan en la parroquial de Celada de Roblecedo y de San Felices de Castillería. Un único ventanal rectangular abierto en el muro sur de la nave ilumina un interior prácticamente revocado en su totalidad. En el testero se abre un pequeño vano de medio punto y ligeramente abocinado que tan sólo es visible desde el interior.


La decoración esculpida se limita a los canecillos de proa de nave que aparecen bajo el alero de la nave y del ábside, todos ellos de cronología gótica, y a los capiteles del arco triunfal, muy planos y escuetos, con prótomos en los ángulos de sus cestas de dudosa cronología. Estos sufrieron un duro abujardado.


La portada de arco apuntado sobre jambas, muy sencilla, se abre en el muro de la epístola. Decorada con chambrana lisa de nácela debe datar, como la nave, del siglo XIV, mientras que la cabecera pudiera ser algo anterior, pero en cualquier caso no anterior a las primeras décadas del siglo XIII. Desde el punto de vista tipológico su arquitectura recuerda a otros edificios románicos de la Montaña Palentina como las ermitas de Monasterio, Vallespinoso de Cervera o San Felices de Castillería, entre otras.


Autor del Texto: Artemio Manuel Mártinez Tejera

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