jueves, 30 de septiembre de 2010

Santa María del Camino - Carrión de los Condes

Sus proporciones indican la importancia numérica de fieles que solían en ella congregarse, o por la población normal de la ciudad o por la afluencia de peregrinos en tránsito hacia Santiago. Este hecho coloca a Carrión en la vía directa de influencias culturales promovidas por los peregrinos, por lo que no es extraño que en toda su edificación, tanto en planta como en elementos decorativos, exista una indudable relación con las llamadas iglesias de peregrinación, y en este caso concreto con San Saturnino e Tolosa; influencias a las que no estaan ajenos los asentamientos más fijos de francos en la ciudad.




La iglesia es grande -34 metros Ias naves laterales- y tuvo tres ábsides semicirculares en la cabecera, el central loy desaparecido) más grande, corresandientes a sus tres naves, crucero en linea con ellas, hoy abovedado con nervios de cuatro plementos. La separación de naves en los cuatro tramos, se hace por pilares cruciformes acodillados, sin columnas. El paso entre las naves laterales y la central se hace por arcos levemente apuntados. El abovedamiento de la segunda debió de ser medio cañón con perpiaños que hoy todavía permanecen. El de las naves laterales es de cuarto de círculo rebajado.


Lo más interesante de la iglesia es su portada meridional, hoy comprimida entre dos contrafuertes posteriores que han obligado a modificar la lineación del friso y que deteriora las grandes esculturas. Su aspecto primitivo hubo de ser francamente espléndido. Se forma por las siguientes arquivoltas: un guardapolvos de ajedrezado; arquivolta de treinta y siete figurillas radiales, sedentes,músicos y ancianos; arcadura de billetes; orla de vástagos de vid y racimos; otra vez billetes; bocel y ajedrezado. Apoyan todas sobre cimacios acodillados con decoración de flores de nueve y cuatro pétalos inscritas en círculos tangentes. Tiene sólo dos columnas a cada lado con capiteles iconográficos: figuras de vestido largo que se cogen de las manos; mujeres de largas cabelleras, también de pie, dos de ellas sosteniendo un libro común. A la derecha grifos afrontados y mujeres cabalgando leones, o simplemente la conocida escena de Sansón.


Sobre esta puerta corre un importante friso, que se separa de la portada por medio de una imposta de puntas de diamante que queda tangente al guardapolvos de billetes de aquella. El tema del friso, con figuras en alto relieve continuo, hace referencia al misterio de la Epifanía en tres momentos: llegada ante Herodes, camino de Belén y adoración del Niño en brazos de la Virgen. Todo el conjunto parece de la misma mano del maestro de la portada, o al menos de uno de ellos, el que labra las figurillas radiales de las arquivoltas, pues existe cierto primitivismo y un canon de proporciones muy parecido. Sobre este friso corre la hilada de canecillos figurados que sostienen la cornisa de la puerta, y entre ellos, como metopas, hay figurillas de animales, humanas y combinadas, en disposición semejante a la que existe en la puerta de Cervatos cuya cronología parece colocarse en los primeros años del siglo XII.


Dos esculturas en alto relieve, de gran tamaño, ocupan las albanegas de la puerta. En la izquierda el repetido tema románico de Sansón cabalgando al león; en la derecha, caballero a la jineta que pisotea con la pata delantera del caballo a una figura humana y cuya interpretación es discutida: ¿Constan-tino? ¿Santiago?.


Otra puerta, más humilde se abre en el muro del hastial oeste. Lleva una columna en cada lado con capiteles de cimacios de cuatripétalas inscritas en círculo. Las cestas son iconográficas: la izquierda con leones afrontados; la derecha con figura de frente, quizá arpía, con alas y cabeza humana.


Se han encontrado, en lo decorativo, bastantes relaciones con lo tolosano francés. Muchos cimacios, utilización de bolas en las impostas, orlas de pámpanos en la arquivolta, representación de cabezas de res, ménsulas, etc, coinciden con parecidos motivos en la Iglesia de San Saturnino de Tolosa, así como el uso de pilares acodillados sin columnas, en el interior. Por ello es posible suponer que Santa María de Carrión -que también se emparenta en algunas cosas con la puerta de Platerías y San Isidoro de León-es una más de las iglesias nacidas de las corrientes de peregrinación. Nuestra particular opinión es que Santa María de Carrión se empieza a levantar en los años iniciales del siglo XII (hacia 1130 Carrión viene a ser casi la corte de Alfonso VII), aún cuando a lo largo del tiempo haya tenido que sufrir modificaciones considerables.


(Según el Profesor García Guinea)

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